En el pasado, las bicicletas de montaña tenían un cuadro y una horquilla rígidos. A principios de la década de 1990, se introdujeron las primeras bicicletas de montaña con horquillas de suspensión. Esto hizo que conducir en terrenos irregulares fuera más fácil y menos estresante físicamente. Las primeras horquillas de suspensión delantera tenían alrededor de 11⁄2 a 2 pulgadas (38 a 50 mm) de recorrido de suspensión.
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