Yehuda Berg (2014) describe Los 72 Santos Nombres de la siguiente manera:
(...) Un conjunto de herramientas espirituales extremadamente poderosas, una tecnología de sanación, protección y cambio positivo.
Durante 3400 años, esta tecnología permaneció oculta en las letras de tres versículos de la Biblia (Éxodo 14-19,20,21), cada uno con 72 letras. Estos versículos describen la división del Mar Rojo ante el pueblo de Israel cuando escaparon de la esclavitud del Faraón en Egipto. La energía que impulsa esta tecnología ancestral proviene de estos tres versos y sus 72 letras. Los 72 Santos Nombres no son 'nombres' en el sentido ordinario. No tienen nada que ver con los nombres que tú y yo nos llamamos. Los 72 Nombres Sagrados nos dan un vehículo para conectarnos con la corriente espiritual infinita que fluye a través de la realidad. Dios le dio esta tecnología de punta a Moisés para que la compartiera con todas las personas para que los hombres pudieran desatar sus propios poderes Divinos y así ganar control sobre su mundo físico.
Por cierto, cuando me refiero a herramientas espirituales, la espiritualidad de la que hablo no tiene nada que ver con cimas de montañas distantes o rayos dorados de luz solar que atraviesan cielos cubiertos de nubes. Tal espiritualidad puede o no encontrarse en una iglesia, templo, mezquita, centro de yoga. Lo importante es que se trata de una espiritualidad práctica y activa, pensada para llegar al fondo de la basura en la que te encuentras ahora mismo, y sacarla.
Cuando identificamos y trabajamos para transformar los rasgos y defectos egocéntricos, las llaves giran y las puertas se abren, y entonces se liberan bendiciones y buena suerte para que caigan sobre nosotros.
Si bien las herramientas espirituales a las que me refiero no requieren más que el ímpetu que les das para entrar en acción, ayuda saber que provienen de una venerable tradición espiritual llamada Cabalá. De hecho, la Cabalá, que se originó hace más de 4000 años, ofrece la sabiduría más antigua del mundo. Empezó con Abraham, padre de las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Abraham reconoció que hay dos esferas que afectan nuestras vidas: la espiritual y la física. Reveló las leyes de estas dos esferas, es decir, un código de leyes que explica el funcionamiento de todo el universo. Explicó cómo el mundo espiritual se cruza con el mundo físico y qué podemos hacer en esta intersección para crear felicidad.
Utilizando estas leyes del universo, la Cabalá ofrece un sistema que explica todos los problemas de la vida real que nos mantienen atrapados en la basura de nuestra negatividad. Esto tiene un valor inmenso.
La Cabalá ha influido profundamente en los más grandes pensadores de la historia, incluidos Abraham, Moisés, Jesús, Mahoma, Pitágoras, Platón, Newton, Leibniz, Shakespeare y Jung. Esto es bastante impresionante, especialmente cuando consideras que, a lo largo de los siglos, la mayor parte de la humanidad ha permanecido ignorante de la existencia de la Cabalá. Esto se debió al secreto que rodeaba esta sabiduría, así como a su complejidad, que se volvió difícil de entender y compartir. Una nueva generación de cabalistas se ha dedicado a hacer que los beneficios de la Cabalá estén disponibles para todos.
(...) Un conjunto de herramientas espirituales extremadamente poderosas, una tecnología de sanación, protección y cambio positivo.
Durante 3400 años, esta tecnología permaneció oculta en las letras de tres versículos de la Biblia (Éxodo 14-19,20,21), cada uno con 72 letras. Estos versículos describen la división del Mar Rojo ante el pueblo de Israel cuando escaparon de la esclavitud del Faraón en Egipto. La energía que impulsa esta tecnología ancestral proviene de estos tres versos y sus 72 letras. Los 72 Santos Nombres no son 'nombres' en el sentido ordinario. No tienen nada que ver con los nombres que tú y yo nos llamamos. Los 72 Nombres Sagrados nos dan un vehículo para conectarnos con la corriente espiritual infinita que fluye a través de la realidad. Dios le dio esta tecnología de punta a Moisés para que la compartiera con todas las personas para que los hombres pudieran desatar sus propios poderes Divinos y así ganar control sobre su mundo físico.
Por cierto, cuando me refiero a herramientas espirituales, la espiritualidad de la que hablo no tiene nada que ver con cimas de montañas distantes o rayos dorados de luz solar que atraviesan cielos cubiertos de nubes. Tal espiritualidad puede o no encontrarse en una iglesia, templo, mezquita, centro de yoga. Lo importante es que se trata de una espiritualidad práctica y activa, pensada para llegar al fondo de la basura en la que te encuentras ahora mismo, y sacarla.
Cuando identificamos y trabajamos para transformar los rasgos y defectos egocéntricos, las llaves giran y las puertas se abren, y entonces se liberan bendiciones y buena suerte para que caigan sobre nosotros.
Si bien las herramientas espirituales a las que me refiero no requieren más que el ímpetu que les das para entrar en acción, ayuda saber que provienen de una venerable tradición espiritual llamada Cabalá. De hecho, la Cabalá, que se originó hace más de 4000 años, ofrece la sabiduría más antigua del mundo. Empezó con Abraham, padre de las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Abraham reconoció que hay dos esferas que afectan nuestras vidas: la espiritual y la física. Reveló las leyes de estas dos esferas, es decir, un código de leyes que explica el funcionamiento de todo el universo. Explicó cómo el mundo espiritual se cruza con el mundo físico y qué podemos hacer en esta intersección para crear felicidad.
Utilizando estas leyes del universo, la Cabalá ofrece un sistema que explica todos los problemas de la vida real que nos mantienen atrapados en la basura de nuestra negatividad. Esto tiene un valor inmenso.
La Cabalá ha influido profundamente en los más grandes pensadores de la historia, incluidos Abraham, Moisés, Jesús, Mahoma, Pitágoras, Platón, Newton, Leibniz, Shakespeare y Jung. Esto es bastante impresionante, especialmente cuando consideras que, a lo largo de los siglos, la mayor parte de la humanidad ha permanecido ignorante de la existencia de la Cabalá. Esto se debió al secreto que rodeaba esta sabiduría, así como a su complejidad, que se volvió difícil de entender y compartir. Una nueva generación de cabalistas se ha dedicado a hacer que los beneficios de la Cabalá estén disponibles para todos.
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