Introducción a El ayuno del señor Yiye Ávila
🙏El significado básico de la palabra ayuno es la abstención completa o parcial de comida y/o bebida por un período de tiempo. Quiere decir que cuando decidimos ayunar por un tiempo específico, se sobrentiende que dejaremos de comer o beber completa o parcialmente.🍽️
¿Cuál debe ser la motivación del ayuno?🍴
El motivo principal del ayuno debe ser acercarnos a Dios, mostrarle nuestro amor, obediencia y sumisión. No debemos marcar un día de ayuno por motivos egoístas o para conseguir algo que deseamos que Dios nos conceda a cambio.
Leemos en Zacarías 7:1-6:
🛐En el cuarto año del reinado del rey Darío, en el día cuatro del mes noveno, que es el mes de quisleu, la palabra del Señor vino a Zacarías. El pueblo de Betel había enviado a Sarézer y a Reguen Mélec, y a sus hombres, a buscar el favor del Señor y a preguntarles a los sacerdotes de la casa del Señor Todopoderoso y a los profetas: «¿Debemos observar en el quinto mes un día de duelo y abstinencia, tal como lo hemos hecho todos estos años?» Vino entonces a mí esta palabra de parte del Señor Todopoderoso: «Dile a todo el pueblo de la tierra, y también a los sacerdotes: “Cuando ustedes ayunaban y se lamentaban en los meses quinto y séptimo de los últimos setenta años, ¿realmente ayunaban por mí? Y, cuando ustedes comen y beben, ¿acaso no lo hacen para sí mismos?”
(Zacarías 7:1-6)
Vemos cuán importante es que examinemos nuestro corazón y entendamos bien qué nos motiva a ayunar. Dios conoce nuestros corazones, él sabe si lo hacemos por motivos egoístas o si realmente ayunamos como ofrenda a él con el deseo de experimentar su presencia de una forma especial. El ayuno debe ser un acto de humildad y sacrificio ante Dios, un gesto que expresa lo mucho que le necesitamos a él en nuestras vidas.
¿Cuál debe ser la motivación del ayuno?🍴
El motivo principal del ayuno debe ser acercarnos a Dios, mostrarle nuestro amor, obediencia y sumisión. No debemos marcar un día de ayuno por motivos egoístas o para conseguir algo que deseamos que Dios nos conceda a cambio.
Leemos en Zacarías 7:1-6:
🛐En el cuarto año del reinado del rey Darío, en el día cuatro del mes noveno, que es el mes de quisleu, la palabra del Señor vino a Zacarías. El pueblo de Betel había enviado a Sarézer y a Reguen Mélec, y a sus hombres, a buscar el favor del Señor y a preguntarles a los sacerdotes de la casa del Señor Todopoderoso y a los profetas: «¿Debemos observar en el quinto mes un día de duelo y abstinencia, tal como lo hemos hecho todos estos años?» Vino entonces a mí esta palabra de parte del Señor Todopoderoso: «Dile a todo el pueblo de la tierra, y también a los sacerdotes: “Cuando ustedes ayunaban y se lamentaban en los meses quinto y séptimo de los últimos setenta años, ¿realmente ayunaban por mí? Y, cuando ustedes comen y beben, ¿acaso no lo hacen para sí mismos?”
(Zacarías 7:1-6)
Vemos cuán importante es que examinemos nuestro corazón y entendamos bien qué nos motiva a ayunar. Dios conoce nuestros corazones, él sabe si lo hacemos por motivos egoístas o si realmente ayunamos como ofrenda a él con el deseo de experimentar su presencia de una forma especial. El ayuno debe ser un acto de humildad y sacrificio ante Dios, un gesto que expresa lo mucho que le necesitamos a él en nuestras vidas.
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